Estimados miembros y socios del Movimiento SUN:
Es un placer poder compartir con ustedes algunas reflexiones en momentos tan trascendentales y complicados.
Es un honor formar parte de un Movimiento que tanto ha hecho durante los últimos años por mejorar la vida de las personas. Gracias a la coordinación de nuestros esfuerzos, millones de niños ya no sufren retraso en el crecimiento ni emaciación. Si conseguimos alcanzar los objetivos mundiales de nutrición, en 2025 habrá 65 millones menos de niños con retraso en el crecimiento que en 2015.
En mi opinión, el enfoque del Movimiento SUN sigue siendo fundamental para que nuestra labor resulte fructífera. Es determinante, no cabe duda. Debemos tener siempre presente el carácter innovador y fortalecedor de los enfoques basados en iniciativas nacionales. Es necesario continuar trabajando en un enfoque de este tipo, porque solo es posible progresar desde la cooperación y la motivación mutua, aprendiendo y compartiendo.
Gerda Verburg | English
La Coordinadora del Movimiento SUN presenta el Informe anual de progresos del Movimiento SUN 2020
Gerda Verburg | Français
La Coordinadora del Movimiento SUN presenta el Informe anual de progresos del Movimiento SUN 2020
Gerda Verburg | Español
La Coordinadora del Movimiento SUN presenta el Informe anual de progresos del Movimiento SUN 2020
La nutrición es fundamental para cambiar las cosas. Es una de las piedras angulares de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que no podrán ser alcanzados sin aumentar la inversión en nutrición.
Gerda Verburg
Coordinadora del Movimiento SUN
Invertir en una nutrición adecuada es necesario para que todas las personas tengan las mejores oportunidades en la vida, tanto desde el punto de vista físico como el cognitivo. La cuestión de la nutrición abarca muchos frentes y está indisolublemente unida a diversos ámbitos y cuestiones de nuestra vida, como la salud de las personas, el medio ambiente, la economía o los conflictos.
La nutrición es fundamental para cambiar las cosas. Es una de las piedras angulares de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que no podrán ser alcanzados sin aumentar la inversión en nutrición. La cruda realidad es que necesitamos 7.000 millones de dólares americanos más al año para alcanzar los objetivos mundiales relativos al retraso en el crecimiento, la anemia y la lactancia, así como para mejorar el acceso al tratamiento de la emaciación grave entre los niños.
Necesitamos generar cambios importantes no solo en lo referente a la financiación, sino también en las actitudes. Por desgracia, las personas encargadas de tomar decisiones siguen pasando por alto la nutrición. Tenemos que hacer algo al respecto.
Desde el Movimiento SUN, desarrollaremos una nueva estrategia entre 2021 y 2025 que puede ayudarnos a fomentar una nutrición adecuada en los diferentes países en los que trabajamos. La pondremos en práctica durante los próximos meses. Para nosotros, es de vital importancia la soberanía de cada país y que cada nación sea dueña de sus decisiones, y sabemos que el proceso será mucho más rápido y efectivo con nuestra cooperación y nuestro apoyo.
La pandemia ha puesto de relieve que enfoques como el del Movimiento SUN son necesarios para que el problema de la nutrición siga formando parte de las agendas mundiales y nacionales, así como para involucrar a los sistemas públicos de salud y a los servicios sociales. En definitiva, hay que priorizar las campañas de información y ofrecer cuantos argumentos sean necesarios para promover la inversión en nutrición. Los niños, las mujeres de todas las edades y la igualdad de género deben estar en el centro de nuestras campañas. Debemos conseguir que las personas jóvenes se involucren en el problema de la desnutrición. Me encantaría ver que este segmento de la población se preocupa tanto por la nutrición como lo hacen por el medioambiente.
Es imprescindible entender y combatir todas las formas de malnutrición. Hay grandes similitudes entre muchas de las principales causas. Necesitamos compartir nuestras experiencias y aprender de ellas, incluso al hacer frente a crisis como la de la pandemia provocada por el coronavirus (COVID-19), pues hay que tener muy claro que una crisis como esta podría mandar al traste todo lo que hemos conseguido hasta ahora. La nutrición debe ser un pilar fundamental en la respuesta a las emergencias humanitarias, la previsión y los planes de desarrollo diseñados para personas y comunidades.
Quizás la lección más valiosa que nos está dejando el COVID-19 sea que necesitamos mejores infraestructuras para que los países y las comunidades tomen el camino correcto hacia el futuro. La pandemia y sus consecuencias nos acompañarán durante muchos años y la historia nos ha enseñado que llegarán más crisis. Debemos estar preparados. Todos queremos que los líderes mundiales propongan políticas específicas y efectivas para velar por nosotros y por nuestro planeta, que se asesoren lo mejor posible y que, en base a ello, tomen las medidas que sean necesarias.
Es fundamental abogar por que las inversiones destinadas a la recuperación y el fomento de la riqueza den prioridad total a la nutrición. Los asesores políticos y los líderes mundiales, las personas encargadas de tomar decisiones y todos nosotros debemos ser capaces de distinguir entre “seguridad alimentaria” y “nutrición”. Las calorías no bastan. Solo la inversión en una nutrición adecuada puede dar lugar a personas sanas, inteligentes, productivas y felices.
Las personas más desfavorecidas siempre son las que más sufren en épocas de crisis. Mientras tratamos de ayudar a nuestros seres queridos, a nuestras comunidades y a nuestros países a afrontar la pandemia, parémonos un momento para analizar los hechos y los datos. En muchas partes del mundo, esta crisis se suma a otras ya existentes y coloca en una situación especialmente complicada a quienes ya estaban en la cuerda floja, incluidos los 1.600 millones de personas que viven de la economía sumergida. Millones de mujeres y hombres (y sus familias) sobreviven día a día y la pandemia les ha golpeado con mucha dureza.
En esta tercera fase del Movimiento SUN, todos necesitamos “reconstruir” algo y avanzar con paso más firme (y no solo en lo que respecta al COVID-19, sino en general). La erradicación del hambre y la lucha contra la malnutrición requieren de una respuesta multidisciplinar y colaborativa de todos los sectores implicados para desarrollar políticas e infraestructuras más efectivas.
Esa es la misión del Movimiento SUN. Tenemos mucho sobre lo que construir, empezando por el Premio Nobel concedido al Programa Mundial de Alimentos (PMA), que no es otra cosa que el reconocimiento por parte de la comunidad internacional de la importancia de la alimentación y la nutrición para la paz y la estabilidad mundiales.
La siguiente fase del Movimiento SUN tendrá éxito si los miembros de éste consiguen demostrar que su labor individual y colectiva contribuye de manera inequívoca a mejorar las estadísticas de nutrición a escala nacional y subnacional. Si los actores mundiales se toman en serio el apoyo a un planteamiento nacional e impulsado por los países, debemos ser honestos sobre lo que eso supone. Implica adaptarse a las prioridades de cada país y tener la voluntad de simplificar y no utilizar diferentes conjuntos de herramientas y datos que pueden confundir y dificultar la medición y la articulación del progreso.
Necesitamos cambiar nuestra manera de trabajar en todos los niveles. Hay que centrarse especialmente en fortalecer los sistemas sanitarios, alimentarios y los servicios sociales para que estos asuman como propio el problema de la nutrición.
Nuestra estrategia debe ser el impulso gracias al cual la nutrición se sitúe como prioridad política multisectorial y se convierta en una pieza clave en la transformación del sistema alimentario. Esta es la mejor forma de prevención en materia de salud y un requisito indispensable para alcanzar los ODS.
Para conseguirlo, debemos aprovechar los eventos que van a celebrarse en 2021 (la Cumbre Nutrición para el Crecimiento y la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios) para insistir en el carácter prioritario de la nutrición a escala mundial, regional y nacional, y para defender la mejora de la coordinación y el compromiso de las partes implicadas en la nutrición en los países.
También debemos hacernos oír en eventos como las reuniones del G7 y del G20, la COP26 y la Asamblea Mundial de la Salud. Por ejemplo, los sistemas alimentarios, los sistemas basados en la naturaleza y la transición rural ya ocupan un lugar destacado en la agenda de la COP26. Llamemos a las puertas que haga falta para que la nutrición también cobre protagonismo.
A medida que ponemos en marcha nuestra estrategia, debemos garantizar que cada paso que damos ayuda a los diferentes países a mejorar sus resultados en materia de nutrición. Tenemos mucho sobre lo que construir y sé que todos los miembros, incluido el Sistema de Apoyo Global, están preparados para los retos que se avecinan.
Como coordinadora del Movimiento SUN sé que el futuro nos deparará enormes desafíos que podemos transformar en oportunidades. Nuestro Movimiento es extraordinario. Es nuestro mayor vínculo, y el más poderoso. Juntos somos mejores.
Gerda Verburg
Coordinadora del Movimiento SUN
Contamos con grandes plataformas y redes centradas en las cuestiones clave de cada país y con compañeros y personas fuera de serie, además de líderes con la capacidad y la influencia necesarias para iniciar un cambio sistémico en su entorno y sus instituciones con el fin de fomentar el progreso en los países.
Estoy deseando trabajar mano a mano con todos ustedes para desarrollar nuestra estrategia y cumplir sueño: un mundo sin hambre y sin malnutrición.
Gerda Verburg
Coordinadora del Movimiento SUN